En medio del intenso debate sobre los bonos de carbono surge la pregunta: ¿realmente brindan beneficios a las comunidades y a nuestro planeta? Mientras que algunos sectores del gobierno argumentan en contra de estos mecanismos de mitigación y compensación, existen evidencias que respaldan su impacto positivo.
Oportunidades económicas para las comunidades: Proyectos, tipo REDD+, ofrecen
una fuente adicional de ingresos para las comunidades étnicas que conservan los bosques naturales presentes en sus territorios.
Inicialmente, estos recursos se destinan al mejoramiento de las necesidades básicas de estas comunidades, como educación, atención médica, infraestructuras y programas de capacitación.
Al generar ingresos alternativos, los bonos de carbono ayudan a reducir la dependencia de las comunidades indígenas de actividades económicas perjudiciales para el ambiente.
Conservación del ambiente y biodiversidad: Al otorgar valor económico a la preservación de los ecosistemas, los bonos de carbono promueven la conservación de los bosques y la biodiversidad.
La protección de los bosques contribuye a la mitigación del cambio climático al absorber grandes cantidades de carbono de la atmosfera, resultado de procesos industriales y actividades económicas de todo el mundo.
La conservación de los hábitats naturales también preserva la fauna y flora, garantizando la riqueza y abundancia de la biodiversidad.
Compromiso global con la reducción de emisiones: Los bonos de carbono fomentan la colaboración entre países y empresas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Al participar en proyectos de mitigación, las comunidades indígenas contribuyen directamente a los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.
Respeto por la cultura y tradición: Las comunidades involucradas en proyectos REDD+ están protegidas por los Salvaguardas Socioambientales definidas por la CMNUCC en la COP 16, donde prevalece el respeto por su tradición y su cultura, al tiempo que prima sobre ellos el derecho al consentimiento libre, previo e informado (CLPI), lo cual les permite decidir de manera conjunta y participativa como configurar su territorio cuando REDD+ entra en su dinámica Ambiental.
Estos mecanismos representan una oportunidad para impulsar el desarrollo sostenible, mejorar la calidad de vida de las comunidades y preservar los valiosos recursos naturales. Es esencial promover un diálogo constructivo y buscar soluciones que beneficien tanto a las comunidades indígenas como al ambiente, reconociendo el valor global de los bonos de carbono en la lucha contra el cambio climático.
